martes, 7 de febrero de 2012

CONFIA EN MI, QUE YO YA SI ESO...

No sé por qué se puso así, yo la amaba.
Las mujeres pueden llegar a ser esa tierra desconocida y misteriosa en la que hay que abstenerse de adentrarse y mucho menos conocer en profundidad, visitarla superficialmente, casi de puntillas y llevar todo lo preciso para sobrevivir en las condiciones más adversas y sobretodo... guardarse muchos ases en la manga, para jugar al despiste. Y el colmo de lo bueno, buenísimo tener siempre un amigo cómplice o dos que enmascaren y no les de ningún pudor en dar fe del engaño si es preciso.
Son incomprensibles los mapas que nos conducen a conocerlas tan solo en la superficie, su interior... ¡olvídalo!, no interesa, complejidades... las justas. No existe GPS capaz de llevarte a ninguna parte de tan desconocido y hermoso paraíso terrenal.



Desconocido para cualquier hombre, entre ellas si parecen entenderse en apariencia,  por eso se rehuyen y se encelan con  pasmosa habilidad. Cuando dicen : ¡Seamos amigas! y se contestan: ¡Eso, super-amigas!, están pensando: ¡Te vas a cagar!
Yo no le dije nada, por su bien, para evitarla todo el sufrimiento posible, ¡no me digáis que eso no es amor!. Lo hice solo pensando en ella, seguro le ahorro un cabreo monumental innecesario, pensé.
Reconozco que soy tan ingenuo que me pilló la muy atolondrada. 
Quedé con una "amiga" que vino desde Andalucía para hacer algunas visitas, entre ellas conocerme personalmente (nos conocíamos a través de estos mundos virtuales), mi amiga bien merecía que le ocultara a mi chica su visita. No solo era atractiva, me encantaba como se expresaba en el chat y en su página descubrí la cantidad de "amigos" que tenía,  estoy convencido que ellos estaban deseando tener una cita con ella pero, fui yo el afortunado.



 Merecía la pena rendirle pleitesía y hacerle los  honores a una amistad que .... prometía. Recibirla en mi ciudad, todo un honor. Yo me encargaría de que se llevara un buen sabor de boca y lo hiciere falta.
Estaba todo estudiado desde la primera vez que mediante mails y teléfono, me confirmó que venía. Con anterioridad me ofreció su casa, pero rechacé la oferta ya que solo insinuárselo a mi chica, me proporcionó un disgusto y eso que la pedí que viniera conmigo para alejar sospechas y así tener la oportunidad de conocerla en persona (esta es una buena táctica para hacer ver que todo entra dentro de la normalidad), pero ella erre que erre, que si no es normal que una desconocida te ofrezca su casa, que si ni siquiera os conocéis más que por una página de internet.... ¡¡¡rollos de mujer celosa!!!. Qué tesiones me generó, entre la espada y la pared me vi y con el alma dividida.
 Hay que entender que yo lo ocultase, cómo decirla a mi pareja que iba en busca de mi amiga virtual para hacerle de guía por esta nuestra ciudad y en la que su presencia iba a ser...  un estorbo.
El día que mi amiga virtual llegó por fin, yo había quedado con mi chica, nos veríamos por la tarde. No pusimos hora,mi novia vendría por la tarde, genial!!, me daría tiempo a pasar todo el día con la otra, como siempre está muy  liada con sus cosas pensé que llegaría tarde, ya se sabe, salir del trabajo, ir a casa, adecentar hogar y atender a su peque antes de darme la prioridad que yo merecía.
Esto jugaba definitivamente a mi favor, si llegaba tarde podría acusarla a ella de no haber fijado hora y hacerla sentir culposa de tenerme desatendido. Uhhhh!!! todo tenía que salir a pedir de boca!!!, no podía fallar el día, estaba todo semi estudiado.
Mala suerte la mía, se presentó en mi casa antes de lo que yo esperaba (según ella lo hizo todo rápido para estar más tiempo conmigo), y yo con mi amiga virtual dando vueltas por la ciudad, el tiempo se me echó encima.
Llamada de mi novia, finjo haberme escapado a Madrid y no haberme dado cuenta de la hora: Cielo, llego enseguida, es que me vine a Madrid a comer con mis antigüos compis de trabajo... lo se cielo, llego enseguida, no me di cuenta de la hora.... además tú nunca eres puntual y siempre me haces esperar tú.... pasa a un bar y tómate un café hasta que yo llegue... lo que tarde en llegar el tren.
Me vuelve a llamar, dice que se va al cine a ver CELDA 211, la noto rara, ¿sola?. Me dice que como yo ya fui con un amigo a verla ella aprovecha para ir a verla mientras yo llego.
Cuando sale del cine y llega a casa..... apenas habla. Creo que sospecha algo, está enojada. Imposible, todo está en su sitio, incluidos todos los gestos estudiados de mi cara, sin demasiado esfuerzo mostré mi mejor cara de enfado y para achantarla en su mosqueo, pongo cara de pocos amigos y en plan serio acusador.
Soy un as en esto del engaño "sin maldad". Se quiere ir de mi casa, yo me crezco ante ella y no dudo en abrir la puerta. Ese gesto fue certero, en cuanto llega a su coche, me pide que hablemos, bajo y consigo que razone y se sienta mal consigo misma por su actitud. La digo que entiendo que hice mal  en no avisarla de que me iba a Madrid, lo de la amiga virtual, es recomendable no sacarlo a la luz, ni se lo menciono.



Mira por donde, mi novia al cabo de un par de días entra en la página de singles en la que participo y descubre los comentarios de mi amiga diciendo que está feliz y dichosa por haberme conocido personalmente y que pronto subirá las fotos que acreditan su visita junto a mi. No es por nada, pero mi personaje levanta mucha expectación entre las nenas, soy un seductor nato y eso... me encanta.
Una vez más consiguo marearla la cabeza, haciéndola ver que ella tiene la culpa de que yo no sea claro con ella, es demasiado celosa, ni un café me puedo tomar con una amiga.
Para sellar la paz, la dedico en Facebook Suspicious Mind, del Rey. A mi chica, se le cayeron las bragas de la emoción y volvió a confiar en mi. Si es que soy buenísimo y me lo curro.
 MORALEJA: Para que vuestras canitas al aire salgan bien, bien,  tenéis que hacer creer a vuestra pareja que todo es producto de su imaginación y que sentís un trato injusto hacia vuestra persona, que confiaríais más en ella si cejara en sus  actitudes de mujer celosa.
 Aquí os dejo al Rey, sacadlo de paseo ante cualquier problema con vuestas nenas.




Fdo: IGOR FRANKOSTIN.

lunes, 29 de agosto de 2011

MANDA HUEVOS





El hecho de volverme a reencontrar con la fe perdida, gracias al foro de lúdicum, me ha transformado en otro ser (igual de feo) pero iluminado y lleno de paz y después gloria.

Yo que soy muy observador a la par que interesante, me di cuenta de cómo mis vecinas se pasaban una especie de pequeño ataúd y se presignaban al recibirlo.



- Ave Maria Purísima, decía mi vecina del quinto.
A lo que la vecina que transportaba tan mágnifica caja de madera tallada y que hacía entrega de la misma, soltaba un... sin pecado concebida.

Un día de investigación y ansioso por descubrir de quién era el mini cadáver momificado que mi imaginación se empeñaba en ver, decidí interponerme en uno de esos intercambios, entre la mesa camilla (mi vecina del tercero) y el bombón (mi vecina del quinto) y opté por alargar mi bastón a lo Chaplin, hacia el pie renqueante de mi vecina, que recorría aquel pasillo de portal rancio, a velocidad aniquiladora.

Bueno, aniquiladora fue la hostia que se pegó, contra la barandandan...dilla de la escalera. Yo actué, como cabía esperar, con rapidez, la dejé hacer su caída libre (muy libre), con estilo, digno de la puntuación más alta que se le pueda poner a un saltador de pértiga y me fui al rescate de aquel sarcófago y su momia.

La abrí ansiado....

Era ella.

La más hermosa dama.

La poesía de la fe a escasos centímetros de mi corazón, unas lagrimillas brotaron una por el lateral de uno de mis ojos, y la otra vete a saber por dónde salío ni qué diantres hizo para ir directa a la punta de mi lengua, rica y saladita.

Era LA VIRGEN DE LOS DOLORES. La imagen me llevó a otra imagen, la de mi madre arrodillada, rezándole a una Virgencita que también se pasaban las vecinas de casa en casa, solo que ésta, en su humildad y modestia, su medio de transporte era más rudimentario, una caja de cartón.

Entre que llegaba la ambulancia, que la mesa camilla no recordaba el por qué del piñazo, mi vecina del quinto socorriéndola en minifalda y yo deleitándome con la imagen del tanga rosa que lucía con brutal descuido y a la vez tapándole los ojos a la otra imagen (LA VIRGEN DE LOS DOLORES), me acerqué con fingida preocupación a los restos destartalados y esparcidos por el suelo de mi vecina del tercero:

- ¿Se encuentra bien?, ¿Se ha hecho daño?. Las preguntas típicas y y absurdas que todos hacemos, pero que te sacan del apurillo y quedas tan ricamente.

- Usted no se mueva (esto fue recochineo, maldad pura y dura), que enseguida llega la ambulancia y verá que pronto se pone bien.(Otra típica frasecilla resultona)

La señora (mesa camilla), pegó un grito, pero esta vez mucho más intenso y no fue de dolor precisamente, sino que parecía más bien de angustia:

- ¡Ay, Mari Pili, que creo que me estoy muriendo, que estoy viendo al hombre de la guadaña!, que se vaya, que se vaya, ¡ay! ¡ay! ¡ay!.

Aprovecho el momento alucinógeno que padece la buena señora (quiero pensar que a causa del dolor) y remato la faena con un:

- No se agobie señora, que ahora mismo voy a mi casa a ponerle un par de velas (negras) a NUESTRA VIRGENCITA DE LOS DOLORES, para que se apiade de los suyos y le alivie lo máximo posible los terribles dolores que va a padecer durante los próximos quince meses.

Puedo parecer un tanto inhumano con esta afirmación, pero es que no me gusta mentir y viendo en el estado lamentable en que ha quedado... casi que he sido bueno y le he dicho menos tiempo del que realmente preveo que será.

En fin, que todo esto para contaros mi vuelta a la fe y agradecido estoy por ello a vosotros ludicuneros. Incluso en este mismo momento creo estar viendo la luz cegadora de la fe. ¡Ah, no! que me he dejado la puerta de la nevera abierta. ¡Manda huevos, ahora me toca levantarme para ir a cerrarla!

P.D.: De la Virgencita...., os diré que es mi invitada perenne por los restos de los restos en mi hogar. Extendí el rumor entre los vecinos de que en la caída se hizo añicos. Ahora somos como un matrimonio. Al principio ella no se adaptaba al nuevo hogar, yo le abría de par en par las puertecitas para adorarla y ella las cerraba, luego terminó por adaptarse, ya no daba portazos sólo apagaba las velas (imagino que buscando intimidad y que nuestras oraciones no sufriran dispersión alguna), y más tarde la afinidad de nuestras miradas hicieron que ella también terminara pareciéndose a mí, acabó con un ojo mirando hacia el este y el otro hacia el oeste.

El amor.... mueve montañas, en este caso lo que se movió fue el jarrón donde guardaba las cenizas de mi gato MISIFÚ (original nombre para un gato) para darle su puesto merecido a la cajita tallada de madera. Y las cenizas... se las llevó el viento desde mi balcón, al balcón de la vecina del tercero que en ese momento tomaba el sol para recuperarse de sus heridas.

miércoles, 17 de agosto de 2011

UN FUNERAL DE MUERTE







Os voy a contar una historia que habla sobre la muerte y sus consecuencias más que absurdas e irracionales en algunas ocasiones.

Hace un par de semanas una amiga con la que mantenía una estrecha relación de afectos y otros menesteres más urgentes, me llamó terriblemente desconsolada y con voz entrecortada trataba de explicarme entre suspiro y suspiro el fallecimiento de alguien, pero apenas si podía descifrarlo:

- Se ha... (snif)... se ha ... (snif, snif)... mu... muer....muerto (snif triple)....

Mi corazón iba al galope, aún andaba entre sueños cuando sonó el teléfono a las 7.45 A.M. Y que te despierten en esas condiciones ¡asusta! y ¡mucho carajo!.

Traté de dirigir mi mirada hacia algún punto, orientarme y entonces, ¡oh cielos! Yo también la vi. La luz, digo, es luz cegadora que dicen que ven los que se van al más allá. Pero no podía ser, yo aún me sentía más cerca del más acá que del más allá. ¡Centrémonos leches!.

Veamos (empecé a repasar los hechos acaecidos):

- Primero: ¿quién soy y qué hago aquí? (me giro y miro al espejo, grito, luego me calmo, comprendo que no era Bogart, que soy Igor y que estoy hablando por teléfono)

- Segundo: ¿dónde estoy exactamente? (Observo mis pantuflas, mi cama, mis pelis porno... bueno esto último es lo normal cuando no se tienen mejores cosas al alcance de la mano, nunca mejor dicho).

- Tercero: ¿me sentaron bien los boletus que anoche ingerí? (esas cosas pueden llevar sustancias tóxicas con los más insospechados efectos en el organismo y yo creo que estoy padeciendo alguno).

- Cuarto: ¿Con quién hablo? (sigue escuchando lo confirmamos en breve).

Era ella, mi dulce amor recién extrenado (nos conocímos otro par de semanas antes), ahora descompuestita y yo con el alma en un puño y un gran nudo en la garganta (del susto mas que otra cosa).

- ¡Cálmate! -la sugerí- ¿qué ha pasado?.

- Mi hamster, mi... mi... (snif, snif)...mi... pequeñín. Anoche... (snif)... debió ocurrir anoche, le di los boletus que nos sobraron de cena.... (snif, snif).







Ahora era yo quien tenía los ojos llenos de lágrimas ( snif quíntuple), pero entonces nosotros.... ¡la vamos a endiñar igual!, (esto último consideré oportuno no comentarlo, así de sopetón).

- ¡Mujer! (por no proferir improperios tan de mañana). Mira a ver, que seguro está dormidito, estas no son horas buenas para nadie, todo el mundo tendría que dormir hasta las diez de la mañana y considerarse jornada laboral, ya que nos estamos preparando para sobrellevarla de la mejor manera posible. Anda, azúzale un poquito y luego me cuentas....

(Silencio al otro lado del teléfono)

(... y más silencio...)

(.... y por fin....)

- ¡Que no, que no!, que no va, que no se despierta (snifffffff).

Lo reconozco me lo puso a tiro y le endiñé un chascarrillo tonto "dale al botón del on o cámbiale las pilas, verás como va".

- ¡Eres un insensible!, pensé que eras diferente al resto de los hombres, pero eres igual, eres un monstruo.

Lo de monstruo lo puedo aceptar, pero lo de insensible, como que no lo aceptaba así que decidí fingir empatía por su estado de ánimo y nació un extaño afecto por el fenecido. Conseguí calmarla y pasé por el duro trance de enterrarlo por la noche en el parque cercano a su casa.

Fue todo desastroso, el guarda del parque nos pilló, refunfuñó mirando fijamente a mi compañera, a sus ojos, (entiendo que los míos son algo difíciles de entender), pero yo pensaba que los ojos estaban un poco más arriba del escote. Por "piedad temporal" del guarda conseguimos depositar los restos de KIKO, así se llamaba el bicho, para que descansaran eternamente.

Con gesto serio y para consolar a mi chica el guarda dijo:

- En fin, cálmate mujer, podría ser peor.

- ¿Peor que enterrar a mi KIKO?

A lo que contesté: - ¡Podría llover! (y se puso a llover).

Eso fue hace un par de semanas, ahora mi recien amor pasea de la mano del guarda. Ya decía yo que le llevaba demasiadas flores al bicho.